El cuy asado es el que más se consume en la provincia del Azuay, su costo va de $ 10 a $ 20 y depende del lugar. Su preparación requiere de paciencia ya que al menos se toma una hora asarlo. El cobayo se convirtió en alimento por su alto grado de proteínas. También es empleado por los curanderos para liberar de malas energías a los ciudadanos. El cuy, llamado también cuyo o cobayo (Cavia porcellus), es un roedor nativo de América del Sur, en especial, se procrea en las regiones de Perú, Colombia, Ecuador y Venezuela.
El cuy se convirtió en un animal muy buscado, especialmente en las provincias del Azuay y Loja, porque su carne tiene proteínas. En Azuay el cuy es preparado de diferentes formas. Lo asan y acompañan con papas cocidas, mote y ají cuencano. María del Carmen Alemán, asesora de las pequeñas productoras de cuy en San Gerardo, manifestó que este animal forma parte de la fiesta familiar, de la fiesta de los pueblos azuayos. “Además el cuy es cultura, es medicina, alimento y economía familiar”. Según Alemán, el cuy libera las malas energías de las personas y es por eso que también es empleado por los shamanes para la limpia del mal de ojo y espanto. “Una sopa de cuy en nuestros pueblos es frecuente para curar las enfermedades”. El cuy se caracteriza por ser manso, aunque siempre está en alerta. Es muy raro que muerda ante una situación extraña o manipulación, en general la respuesta siempre es de inmovilidad o al contrario, escapa a velocidad.
Ana Piñencela integró un grupo de productores de cuyes en la parroquia San Gerardo, provincia del Azuay. Según ella, el cuy se convirtió en una forma para “ganarse la vida”, ya que este trabajo no requiere salir de casa. El cuy se masifica en su consumo Según Guillermo Serpa, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Cuenca, este animal cada vez es más controlado genéticamente. “El objetivo es hacer que los reproductores sean sanos y fuertes”, expresó el catedrático.
En las fiestas de las parroquias o comunidades, el cuy no puede faltar, al igual que la chicha de jora y el mote. Y no solo en estos festejos, sino también en las mingas. Cuando se realizan estos trabajos al mediodía se invita a la “pampa mesa”, en la cual el cuy es el principal protagonista. “Si no hay cuicito, no hay fiesta”, expresó Carmen Valladares, vendedora de cobayos asados en Cuenca.